jueves, 6 de septiembre de 2012

Desarrollo fisiológico y emocional canino I.


En esta nueva entrega del blog BEHAVET vamos a referirnos al desarrollo fisiológico y emocional del perro. Después de haber visto el periodo de socialización, sus cuatro etapas, los periodos de tiempo en que se ocurren y los cambios que se producen en ellas a nivel comportamental vamos a ver el desarrollo fisiológico de los perros domésticos.

El desarrollo fisiológico del perro comienza por los órganos de los sentidos.

La visión tiene una función muy importante. Compuesta de dos sistemas uno para identificar las formas, magnocelular, y otro para los detalles y la visión cromática, parvocelular. Este es exclusivo de los primates. En la retina están los conos para la visión en colores y detalles, y los bastones para intensidad de luz y movimientos. Los perros tienen menos conos que los hombres, pero poseen una estructura, el Tapetum lucidum, que hace aumentar la sensibilidad a la luz y le da a los perros un color brillante a sus ojos cuando se iluminan en la oscuridad. El perro ve mejor con poca luz que el hombre por el fenómeno de convergencia, el perro tiene más células fotorreceptoras por célula ganglionar, y detecta mejor el movimiento. Los perros son miopes, tienen dificultad para ver objetos de cerca. Respecto a los colores distinguen el azul del amarillo, y el resto de los colores los perciben como tonos de éstos.

 

El oído del perro es más sensible a los ruidos de alta frecuencia. Además tiene la capacidad para mover los pabellones auriculares y orientarlos para localizar el sonido.
Las señales de comunicación oral en el perro son:

·   El ladrido: hay diferentes tipos de ladrido, cuando el perro se queda solo en casa, cuando hay intrusos en la casa, el ladrido es distinto si son humanos o caninos. El ladrido ha sido seleccionado en la domesticación del perro para la detección de intrusos, pero la respuesta es más alta hacia los perros que hacia los humanos y esto en un ámbito humano es un problema.

·   El llanto o aullido: el llanto es un comportamiento et-epimelético de solicitud de atención, de los cachorros para comunicarse con la madre. En un perro adulto es señal de dolor o frustración.

·   El gruñido: es una señal de atención ante una posible respuesta de agresividad.
 
 

El olfato del perro es extraordinariamente sensible, por normal general es más sensible que el del hombre, pero esa capacidad también depende del tipo de sustancia. En la capacidad olfativa del perro también influye su conformación anatómica que hace que el aire inspirado se dirija más directamente a la mucosa olfatoria que en el caso del hombre. El olfato del perro está formado por diversas estructuras entre las que se encuentra el bulbo olfatorio y la amígdala. En ésta se generan los mecanismos neuroendocrinos para el reconocimiento individual, la conducta agresiva, la conducta sexual, la conducta maternal y la conducta de alimentación.
 

El perro es capaz de apreciar una pequeña diferencia entre la intensidad del olor de varias huellas consecutivas y establecer un sentido de la marcha.

Otra característica peculiar del olfato del perro es el órgano vomeronasal u órgano de Jacobson. Esta en una estructura que se encuentra a los lados del septo nasal y comunica con la cavidad oral a través de los conductos incisivos. Mediante un movimiento de lengua dirigida hacia el cielo del paladar, “tonguing” el perro no solo huele los olores sino que parece que los saborea. Este comportamiento tiene que ver con la conducta sexual y social.
 

En el comportamiento del perro y en relación directa con el órgano del olfato encontramos unas sustancias denominadas feromonas. Las feromonas son sustancias químicas emitidas al exterior por un animal y con efectos sobre otro animal receptor. Tienen influencia en la conducta sexual y el marcaje territorial. La orina y el exudado vaginal contienen feromonas, la piel de la cabeza, la zona perianal y el perineo, tienen que ver con la comunicación olfativa y el reconocimiento individual. Con la defecación se eliminan secreciones de los sacos anales que también contienen feromonas. La glándula supracaudal y las glándulas de los espacios interdigitales emiten feromonas, éstas últimas cuando el animal araña el suelo tras defecar.

La secreción de los oídos también se cree que tienen una función de identificación individual, la olfacción de las orejas de otro perro es un comportamiento de saludo común de los perros.

El sentido del gusto del perro posee receptores en la lengua, paredes de la cavidad bucal, labios, faringe y laringe. Esos receptores están conectados a los nervios vago, glosofaríngeo y trigémino. Los principales receptores son de tipo A, sabores dulces, B ácido. No hay receptores para la sal. A los perros se les pueden considerar "golosos" por su inclinación hacia los sabores dulces y con el consiguiente riesgo de obesidad canina, condición bastante habitual en los perros de compañía.

El tacto está controlado por mecanorreceptores que se encuentran en los folículos de los pelos táctiles, en 5 zonas de la cara, que dan información sobre la presencia de objetos cercanos, coordinación de los movimientos de la boca, protección frente a agresiones oculares.
 

Se ha visto que las caricias tienen un efecto calmante, disminuyen la frecuencia cardiaca y la concentración plasmática de cortisol en el perro. Los mismos efectos se han visto en la persona que acaricia.
 
En una próxima entrada veremos como se desarrolla la conducta, como parte del desarrollo fisiológico y emocional del perro.

lunes, 2 de abril de 2012

La Socialización Felina

El periodo sensitivo en los gatos se produce entre las 2 y las 7 semanas de vida. Los ojos permanecen cerrados hasta que el animal tiene unos 9 días, los estímulos visuales son seguidos pocos días después, aumentando gradualmente la agudeza visual hasta la finalización de la cuarta semana, siendo ésta a los dos meses de edad similar a la de un gato adulto. El sentido del oído se desarrolla también a partir del 9º día de vida, al final de la segunda semana el gato puede localizar estímulos sonoros y a la cuarta aprende a reconocer a otros gatos y a personas mediante el oído. La locomoción está completamente desarrollada a las 6 semanas, aunque la máxima coordinación de movimientos no se consigue hasta las 10-11.

El contacto social es fundamental en la socialización. Una camada de gatitos alejada de las personas durante su primer mes de vida será rehacio a aproximarse a las personas. Se ha visto que manipular a los gatitos durante 15 minutos al día de las 2 a las 6 semanas resultará en un gatito amistoso. Los gatitos que han sido privados de estas interacciones sociales, durante la etapa posterior de su vida establecen pocos vínculos, y tanto los signos de dominación como la expresión de sumisión y la agresión controlada no se desarrollan normalmente.

Desde el punto de vista de la alimentación de la hembra durante la gestación y la lactancia se ha comprobado que tiene una gran repercusión  en el desarrollo de la conducta del cachorro. Madres con una mala alimentación pueden tener unas crías con menor capacidad para el aprendizaje y mostrarse más temerosos e incluso agresivos hacia otros gatos, pudiendo ser estos efectos permanentes. Los gatitos destetados temprano muestran una actividad más aleatoria y se incomodan más ante situaciones nuevas.

El juego
El juego en gatitos comienza golpeándose con las patas, luego según coordinan más se muerden, se persiguen, ruedan estando un gatito normalmente “panza arriba”. El juego social se da a las 4 semanas con un punto máximo entre la 9ª y la 14ª, disminuyendo gradualmente, la lucha social empieza normalmente después de ésta. Si la separación de la madre es a las 6 semanas quiere decir que será anterior a la interacción de juego máxima que ocurre a las 11 semanas. En una camada normalmente el juego es entre todos pero luego se van formando parejas, que pueden ser hembra-hembra, hembra-macho y/o macho-macho. Una señal de juego se cree que es la espalda y cola arqueadas. Casi una hora al día a las 9 semanas de edad se dedica al juego, normalmente empiezan con un toque con la pata y terminan en una persecución. Los gatitos adoptan una postura erguida, saltan, golpean con las patas más que muerden, mostrando que es una práctica de la caza. Los gatos que permanecen con sus hermanos más allá de las 6 semanas son más tolerantes a otros gatos de adultos. Por otro lado un gatito que nunca ha tenido la oportunidad de jugar con su madre y/o hermanos no responderá apropiadamente a las señales de juego de un adulto; quizás algunos gatitos que tienen un juego muy exagerado con sus nuevos compañeros humanos fueron privados de este tipo de comportamiento. Los problemas de comportamiento por el juego en los gatitos normalmente ocurren durante la noche y más si el gatito ha estado solo todo el día, el castigo lo que hará será que el gatito continúe su comportamiento, aunque puede inhibirlo. Un juego programado a última hora del día es el mejor tratamiento. Añadir a otro gato podría ayudar porque los gatitos jugarían juntos.
Otro tipo de juego es el juego de objeto, éste se desarrolla más tarde una vez que los gatos han desarrollado la coordinación ojo-pata. El juego de objeto implica el escalar y saltar y el golpear objetos móviles; este tipo de juego a partir de las 16 semanas es más común que el social, y tiene relación con el aumento de la independencia del gatito. Es importante comprender que el juego es parte fundamental del desarrollo del gatito y que tendrá influencia en su posterior comportamiento como gato adulto.

En los gatos se ha comprobado una relación entre la docilidad de los progenitores y la posterior docilidad de la descendencia. Se ha visto que las crías de gatos dóciles también son más dóciles aun sin la presencia del padre en el desarrollo del gatito. Además animales bien socializados y dóciles producen crías especialmente dóciles.

El gato dependiendo de las circunstancias puede vivir en grupo sociales o en solitario, si vive en un grupo social con seres humanos necesitan relacionarse regularmente con sus dueños. Pueden adiestrarse y aprender trucos. Se comercializan muchos juguetes para los gatos, pero pueden entretenerse por horas con objetos cotidianos, baratos y fáciles de conseguir como pelotas de ping pong y cajas de cartón. Es recomendable cambiar los juguetes regularmente, incluso todos los días, para mantener el interés del animal. Los animales necesitan aprender a jugar con los juguetes y los dueños a interactuar de forma correcta con los gatos no utilizando partes de su cuerpo como juguete. Para los gatos que viven dentro de casa es necesario proporcionarles un espacio estimulante, un espacio vertical con estanterías para trepar y un lugar para esconderse, túneles, bolsas de papel, cajas de cartón pueden ser buenos escondites, especialmente si se colocan en un lugar alto.

Arañar/Rascar
Los gatos necesitan elementos para arañar, este comportamiento aparece sobre las 5 semanas y tiene varias funciones, el rascado dejando una marca visual es una señal para otro gato de que hay un animal sano y fuerte cerca, también lo suelen hacer mientras otro animal mira manifestando asertividad, seguridad e incluso amenaza, también para acondicionar las uñas delanteras y marcar el territorio. Los gatos arañan frecuentemente cerca de las zonas donde descansan o duermen, este sería pues un lugar apropiado para colocar un rascador.

A algunos les gusta mordisquear o revolcarse en el césped, la hierba gatera o menta para gatos que pueden plantarse en un jardín interior son buenas opciones. Otro ejercicio estimulante para el gato es esconderle comida seca en varios lugares de la casa para que la pueda “cazar”.

Conocer como es el desarrollo social de los gatitos hará que la relación gato-humano sea más satisfactoria para ambos.

miércoles, 29 de febrero de 2012

DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO DEL CACHORRO

Un periodo de sensibilidad es un tiempo en la vida de un animal en el que una experiencia (o una falta total de experiencia) tendrá un gran efecto en el comportamiento posterior. En los perros este periodo se puede dividir en cuatro:

Periodo
Semanas desde el nacimiento. Características.
Neonatal
Primera y segunda
  • El cachorro pasa la mayor parte del tiempo comiendo y durmiendo, usa los sentidos del tacto, olfato y gusto.
  • Deambulan con sus extremidades delanteras, presentan diversos reflejos que irán desapareciendo según se desarrolla el SNC.
  • La manipulación del cachorro en este periodo puede resultar en un animal menos sensible a situaciones estresantes.

Transicional
Tercera
  • Los ojos se abren a los 10-16 días, la visión se irá desarrollando y se percibirá cuando el perro deambula que irá dejando de mover la cabeza de lado a lado según la visión mejora.
  • La respuesta auditiva se puede evocar a las dos semanas y media de edad.
  • Los cachorros empiezan a salir del nido a eliminar, si la madre utiliza el papel los cachorros irán al mismo sitio al que va la madre.
  • Los cachorros podrán caminar y sostener su peso pero la posición normal del adulto de sentado y de pie no se podrá mantener hasta el mes de edad.
  • Un punto muy importante en esta etapa es la aparición de los dientes, y el comienzo del juego y los gruñidos entre los cachorros.

Socialización
Cuarta a la duodécima
  • Se da la evolución más importante desde el punto de vista del comportamiento.
  • El cachorro aprende de su entorno, sus hermanos de camada, la madre y los seres humanos.
  • Se caracteriza por un aumento muy marcado en la conducta exploratoria y en las interacciones sociales con los otros cachorros.
  • El juego alcanza su máxima frecuencia en este periodo, inicio de las interacciones sociales propias del adulto, tales como la exploración anogenital, se forman las jerarquías, el comportamiento de evitación y las reacciones de miedo.

Juvenil
A partir de la duoécima hasta la madurez sexual
  • El perro incrementa su tamaño y su capacidad.
  • El comportamiento sexual aparece a los 4-6 meses, si bien desde un punto de vista sexual los perros no son totalmente maduros hasta los 2 años.
  • La mayoría de los perros no maduran socialmente hasta el año y medio de edad.
  • Es una etapa importante para evitar problemas de dominancia.


Los periodos se solapan y su duración depende de diversos factores, principalmente de la raza y su velocidad en la maduración. La socialización se refiere al proceso mediante el cual un individuo aprende y desempeña las conductas que la sociedad espera de él.

El periodo de socialización desde un punto de vista clínico es importante porque un perro destetado antes de este periodo será difícil que posteriormente pueda manejarse en la presencia de otros perros, será asustadizo o agresivo, desarrollará una gran proximidad hacia los seres humanos y podría dirigir su comportamiento sexual hacia las personas. Los perros que han sido privados de interacciones sociales en una etapa temprana de su vida posteriormente establecen pocos vínculos sociales y tanto la dominación como la expresión de los signos de sumisión y la agresión controlada no se desarrollan normalmente.
Por otro lado la socialización hacia los humanos es tanto o más importante, un cachorro sin contacto humano durante las primeras 14 semanas de vida es raro que se convierta en un buen animal de compañía, estos cachorros podrían ser muy tímidos o difíciles de dominar y serán difíciles de adiestrar. 

La diferencia de comportamiento entre perros que se han mantenido aislados de los humanos y los perros en este periodo de tiempo se ha comprobado que tiene un componente racial, así los Beagles son más temerosos, y los Scottish terriers más hiperactivos, existiendo también diferencias en su respuesta al dolor. No solo es importante la presencia o ausencia del ser humano sino también la calidad del contacto. La exposición debería ser agradable porque las respuestas al miedo son fuertes durante este periodo.

A las 7 semanas de edad los cachorros están menos inhibidos y por esta razón son más capaces de adaptarse a experiencias nuevas. Posteriormente el foco de la socialización debe ser desviado hacia cuantas más personas y situaciones sea posible. Es especialmente importante socializar a los cachorros a individuos que no sean de la familia en situaciones diversas con el fin de que cuando alcancen la edad adulta se comporten adecuadamente en diversos escenarios. El dueño debe presentarle al cachorro situaciones nuevas, animar al cachorro a que se acerque a todo el que se encuentre, niños, adultos, gente corriendo, carritos, bicicletas, personas con sombrero, con paraguas, otros animales, estímulos (petardos, truenos, tráfico) si el perro responde adecuadamente a una orden, como sentarse, se le premiará con una recompensa. Una caricia, juego y recompensas es todo lo que se necesita para socializar a un cachorro. Esto no impedirá al perro que posteriormente proteja la casa y la familia. Para la socialización con otros perros nos podemos ayudar de un perro conocido que esté correctamente vacunado y desparasitado y que tenga un carácter sociable.

Si al final de este periodo no han sido socializados adecuadamente con respecto a las personas y a otros animales de compañía, es probable que sean miedosos, defensivos y posiblemente agresivos cuando posteriormente se expongan tanto a unos como a otros.

Si bien estos períodos son etapas de la socialización primaria, para que se mantengan estar relaciones también es necesaria una socialización continua. La socialización sigue siendo posible tras el periodo sensible pero el desarrollo de la respuesta al miedo hace que sea más lenta y difícil.

La recomendación práctica derivada de la existencia del período sensible de socialización es que los perros deberían tener contacto con personas y con otros perros entre las 6 y las 12 semanas de vida. La edad óptima para adoptar un cachorro, es decir, separarlo de su madre y hermanos y llevarlo a su nueva casa estaría entre las 6 y las 8 semanas, de esta forma el perro podría socializarse con otros perros entre las 3 y las 7 semanas y con las personas entre las 7 y las 12. Es importante tener en cuenta que una adopción demasiado temprana es tan poco recomendable como una tardía. Un destete temprano aumenta el riesgo de agresividad hacia otros perros en la etapa adulta y de hiperactividad, inhibición de la conducta sexual y ansiedad por separación. A las 7 semanas los cachorros muestran tendencia a acercarse y establecer contacto con desconocidos, y aunque los primerso signos de miedo aparecen a las 5 semanas su intensidad aumenta gradualmente y hasta las 10 no disminuye la tendencia a acercarse a objetos desconocidos.
Un punto a tener en cuenta es que el periodo de socialización coincide con el periodo de vacunación de los cachorros. Con los planes de vacunaciones actuales que comienzan a las 6 semanas de edad y la calidad de las vacunas existentes en el mercado recomendamos empezar a sacar al cachorro a la calle a partir de la 9-10ª semana cuando ha recibido al menos una dosis de vacunas (moquillo, parvovirus, adenovirus). Lo ideal es sacar al perro por zonas donde paseen pocos perros y de los que conozcamos su estado sanitario. 

Este vídeo demuestra la manera habitual de interacción de los cachorros entre ellos  y con su madre.


jueves, 22 de diciembre de 2011

Adquirir una mascota: expectativas realistas


Cada año cientos de miles de animales de compañía son abandonados, gran parte por problemas de conducta. Una mascota cuando se adquiere es querida pero,  ¿qué ocurre luego?.

El esfuerzo y la meditación previas a la elección de un animal de compañía y en la preparación de su llegada si son deficientes, se consideran los factores principales asociados al abandono y la eutanasia. En la elección de un animal de compañía se debe considerar que algunos de ellos van a estar con nosotros más de una década. Gatos alrededor de los 15 años, en el caso del perro según la raza, tendremos razas gigantes, Dogo alemán, 9-10 años; razas grandes como el pastor belga 12-13, los de raza mediana, Beagle 15 años, y los más longevos los de raza pequeña Yorkshire, Caniche hasta 16-17 años. Y que hay algunos ejemplares de ciertas razas más longevos para la media considerando su tamaño como los pastores alemanes hasta 15-16 años y los Cocker Spaniel hasta 18.

Los animales abandonados en su mayoría son jóvenes,  menores de 2años, mestizos, regalados o adquiridos de perrera o por bajo precio. Las causas de abandono suelen ser hiperactividad, destrucción y/o la eliminación en casa. En el abandono se ha comprobado la relación de este con la carencia de conocimientos básicos sobre los perros por parte del propietario.

Todo futuro propietario de un animal de compañía debería preguntarse: “¿Por qué quiero una mascota?

Elegir un animal doméstico para la familia es una decisión personal e importante.
Hay diversos aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de adquirir una mascota. Desde los meramente relacionados con el animal: especie, raza, sexo, origen; hasta los relacionados con el futuro propietario, edad, familia, trabajo, vivienda.

Considerando al animal,  la especie: perro, gato, pequeño mamífero, reptil, ave es una cuestión personal. Si bien habría que tener en cuenta los aspectos relacionados con el propietario y su forma de vida, por ejemplo, un perro requiere paseos diarios,  y  el contacto social con otros individuos.

Atendiendo a la raza hay épocas en las cuales unas razas son más populares que otras, y la mayoría de la gente cuando va a adquirir un animal se fija en el aspecto físico de esa raza, creándose expectativas poco realistas. Se observan frecuentemente incompatibilidades cuando las personas eligen un perro sin conocer primero la historia de la raza. Dentro de esta son factores a tener en cuenta las condiciones físicas, conformación, y el pelaje; este puede suponer un gasto añadido en el mantenimiento de la higiene y salud del animal. La posibilidad de padecer alguna enfermedad de  origen hereditario, lo que requerirá de una atención en ocasiones especializada. Y la conducta que puede estar marcada por determinados rasgos para esa raza, o las necesidades de actividad. Hart y Hart realizaron un estudio sobre 56 razas distintas de perros analizando 13 características clave de la conducta. Hart BL & Hart LA. The perfect Puppy: How to chose your dog by its behavior. New York: WH Freeman; 1988.

Respecto al sexo no existen diferencias de la conducta que dependan del sexo. Si bien los machos marcan más, vagabundean más y suelen montar más a las personas y a otros perros. Aun así no existen garantías de que una hembra vaya a ser más fácil de adiestrar o menos agresiva que un hermano macho de la misma camada. Varias características de las mencionadas antes para los machos cambian con la castración. Si ya se tiene un animal de compañía y se quiere adquirir otro es mejor adoptar un animal de sexo opuesto al que se tiene.

Considerando el origen de la mascota, un perro con pedigrí no es garantía de que el perro sea un perro “bueno”. Si se adquiere un animal de un criadero considerar la experiencia del criador, y su reputación, un criador cualificado con generaciones de cría, frente a uno aficionado. Los criadores serios quieren conocer al futuro propietario,  y no son reacios a mostrar a sus animales ni sus instalaciones.  A la hora de adquirir un animal de un criador es recomendable acudir a la “Regla del 3”: ver 3 criaderos, elegido uno ver 3 camadas, y luego ver esa camada 3 ocasiones distintas, variando la hora del día. las características físicas juveniles de los cachorros atraen mucho a los seres humanos, compra compulsiva.
El adquirir un perro de un albergue puede suponer el salvarle la vida a ese animal, y sin coste o con un bajo coste. En los albergues se debe preguntar porqué están allí, sobre su comportamiento,  y observarlos. Los perros adoptados de un albergue no suelen cambiar su conducta tras 3 meses de la adopción,  existe un periodo de adaptación superior a dos semanas pero no a 3 meses; la agresividad hacia extraños y el miedo aumentan a los 2-3 meses de la adopción.

Considerando al propietario, hay que considerar la situación en el momento de adquirir el animal y en el futuro. 
Soltero/Pareja joven, mayor/ sin hijos, con hijos, y en este caso la edad, o hay posibilidad de que tengan un bebé en el futuro.

Actividad diaria, cuanto tiempo estará el animal solo en casa, viajes frecuentes por motivos laborales.

Trabajo o desempleado. Nivel de ingresos, teniendo en cuenta las consideraciones expuestas antes respecto al animal.

Experiencia con animales compañía.

La salud de la familia, si hay miembros alérgicos a algún animal en concreto, o si hay personas que requieran de unos cuidados especiales, alguna discapacidad o de enfermedades que comprometan su sistema inmunitario.

El tipo de vivienda: piso, casa, jardín, terraza, patio, azotea.

10 reglas para adquirir un animal de compañía (Sacado de Manual de problemas de conducta del perro y gato, Landsberg, G., Hunthausen, W., Ackerman, L.)
  1. Esté seguro de que un animal de compañía se adapta a su modo de vida actual y futuro antes de que compre uno o acepte uno.
  2. Esté seguro de que usted puede ser dueño responsable de un animal de compañía. Los animales de compañía necesitan nuestro cuidado, protección y preocupación. No son artículos de usar y tirar.
  3. Esté usted seguro de que puede permitirse el lujo de un animal de compañía antes de que adquiera uno.  Los animales de compañía tienen necesidades y es una falta de previsión pensar que el coste de la compra es el último gasto exceptuando el alimento ( gastos de vacunas, consultas veterinarias,  consultas veterinarias especializada por padecimiento de enfermedades propias de una determinada raza, peluquería, adiestramiento)
  4. No compre nunca un animal de compañía por capricho.
  5. Si usted no necesita una raza pura visite los albergues locales. Los albergues responsables querrán asegurarse de que los animales van destinados a una casa apropiada, de que usted es conocedor de las vacunaciones y de los cuidados de salud y de que usted estará de acuerdo en tener al animal castrado si todavía no lo ha sido.
  6. Si usted tiene la intención de adquirir un animal con fines de exhibición o cree que algún día puede destinarlo a la reproducción trate con criadores profesionales. Las asociaciones de raza le pueden dar información sobre los criadores que se dedican a la misma. Antes de que le confíen a usted uno de sus animales, muchos buenos criadores dedican más tiempo en investigarle a usted que el que usted empleará en enjuiciarlos. Una norma adecuada es no comprar ningún animal de raza pura donde no pueda ver al menos a uno de los progenitores y donde tampoco conocer los antecedentes sanitarios de los mismos.
  7. Si usted tiene la intención de comprar un animal de raza pura, consulte con el veterinario por lo que se refiere a posibles problemas hereditarios en esa raza y si se pueden determinar antes de comprarlo. Los criadores profesionales le pueden informar sobre sus animales y ofrecerle pruebas de que se encuentran libre de  una determinada patología. Conocer la política del criador o tienda si su nuevo animal de compañía tiene un defecto hereditario.
  8. Sea razonable cuando se llega al precio de la compra. ¿Ha habido un cuidado prenatal excelente para la madre y el cuidado sanitario adecuado para los cachorros/gatitos?,  ¿fueron los progenitores campeones y están limpios de problemas hereditarios?, ¿permanecen los animales en alojamientos limpios e higiénicos y han sido socializados?
  9. Tras adquirir un animal de compañía concierte una cita con el veterinario y lleve toda la información que posea sobre el cuidado sanitario anterior de su nueva mascota . Los cachorros y gatitos necesitan una serie de vacunas y desparasitaciones cuando son cachorros y luego dosis periódicas de recuerdo todos los años. Recomendable castrar a su animal de compañía, sin esperar a hacerlo hasta que tenga su primer celo o la primera camada. Puede disminuir de modo importante el riesgo de tumores mamarios en las perras y gatas castradas antes del primer celo, y los problemas de próstata en los perros adultos castrados.
  10. Si usted está verdaderamente interesado en los animales de compañía y en su bienestar, tómese el tiempo que necesite para comprender las consecuencias y por qué razón son sacrificados tantos animales de compañía todos los años. Proporcione una casa a un animal de compañía necesitado. No admita un animal de compañía que no se adapta a su modo de vida. No compre un animal de compañía como un capricho. No apruebe las ventas irresponsables de animales de compañía. No se convierta en un criador de patio trasero ni compre un animal de uno de ellos. Realice la castración a sus animales de compañía. Y si conoce a alguien que no sabe lo que se hace, infórmele.

sábado, 10 de diciembre de 2011

ACOSTUMBRAR AL GATO A USAR EL TRASPORTÍN

En el anterior post comentamos como acostumbrar al perro a usar un trasportín. En este nuevo haremos lo mismo pero con el gat@.

Una recomendación básica es que no se debe viajar nunca con el animal libre en el medio de transporte, sea público o privado. Por tanto, deberemos utilizar una bolsa o mejor un trasportín. Las ocasiones en las que el gat@ debe usar un trasportín pueden ser por ejemplo para ir al veterinario o cuando va de vacaciones.   Los mejores trasportines son los que tienen los lados duros, se abren por delante y por arriba, pueden separarse en dos partes, y además son baratos. Una parte superior que se puede quitar fácilmente permite introducir fácilmente a un gat@ temeroso, ansioso o con dolores en el trasportín. Evita trasportines que requieran que el gat@ sea empujado o volcado para salir. Elige un trasportín que sea robusto, seguro, estable para los gat@s, y también fácil de transportar.

Lo mejor es habituar al gat@ al uso del trasportín desde que es un gatit@. El objetivo es que aprenda a asociar el trasportín a experiencias positivas y entre de manera habitual voluntariamente en este. Haz del trasportín un lugar familiar en casa dejándolo en una habitación donde el gat@ pase mucho tiempo. Coloca una colchoneta o manta suave y familiar para el gat@ en el interior del trasportín. La manta o colchoneta si tienen tu olor pueden hacerle sentirse más seguro. Coloca recompensas, hierba gatera o juguetes en el interior del trasportín para animar al gat@ a entrar en su “casa”. Al principio verás que las recompensas desaparecen durante la noche. Pueden pasar días o semanas antes de que tu gat@ empiece a sentirse seguro con el trasportín. Permanece tranquilo, paciente y recompensa los comportamientos deseables. Si todavía tienes problemas, puede que necesitar evaluar la estructura, forma o confortabilidad del propio trasportín. 
Lo ideal sería intentar que fuese el gat@ el que entrase en el trasportín pero esto muchas veces no ocurre.  Para hacerlo existen dos técnicas principales en función de la reacción que tenga el gat@ ante el trasportín:

     Método de elección. Si el gat@ muestra curiosidad y no presenta reacciones de miedo, utilizaremos el método de “elección”. Este método consiste en primero situar el trasportín abierto en un lugar tranquilo en el que el animal se sienta cómodo. A continuación colocaremos algo de comida apetitosa a cierta distancia del trasportín. Según el animal se muestre confiado comiendo a esa distancia, progresivamente iremos acercando la comida al trasportín hasta que se sitúe en el interior del mismo. Una vez que conseguimos que el gat@ coma tranquilamente en el interior del trasportín, mientras está comiendo, cerraremos la puerta abriéndola en seguida. Progresivamente podemos ir aumentando el tiempo que el trasportín permanece cerrado. Posteriormente podemos pasar a coger el trasportín con el gat@ en el interior, levantándolo sólo unos centímetros del suelo. Una vez hecho esto lo abriremos y ofreceremos un premio al animal. Con el paso del tiempo podremos ir aumentando el tiempo que el gat@ permanece en el trasportín mientras este es desplazado o metido en el coche.

  
  Método clicker. Si el gat@ se muestra esquivo y temeroso ante el trasportín elegiremos el método “clicker”. Este método se basa en “moldear” la conducta del gat@ de forma que aprovechemos los avances voluntarios que realiza el animal hasta la consecución del objetivo propuesto. Para poder llevarlo a cabo, el primer paso es condicionar al gat@ al sonido del clicker. Para ello, bastará durante unos días con asociar el sonido del clicker con un premio que aparece inmediatamente después del sonido. Una vez que el gat@ está condicionado al clicker (“cargar” al clicker, como se denomina coloquialmente) podemos empezar el proceso.
En primer lugar, como antes, situaremos el trasportín en un lugar tranquilo en el que el animal se sienta cómodo. Cada vez que el gat@ simplemente mire el trasportín, accionaremos el “clicker” y premiaremos justo después de cada “click” (para que el gat@ asocie la visión del trasportín con algo positivo). Después, cuando la respuesta se repita varias veces, dejaremos de premiar la conducta antes mencionada y sólo premiaremos que el gat@ activamente vaya hacia el trasportín. Progresivamente iremos complicado la situación, de forma que dejaremos de premiar que el gat@ se acerque a la caja para pasar a premiar que el gat@ entre dentro de la caja. Posteriormente pasaremos a “clickar” sólo cuando el animal entre y se mantenga unos segundos en el interior de la caja. Cuando el animal ya esté a gusto en el interior de la caja, la cerraremos y, justo después abriremos y “clickaremos” (dejándole cada vez más tiempo cerrado). En el último paso se puede asociar a una palabra, por ejemplo "trasportín". De esta manera cuando hagamos el ejercicio varias veces con la palabra elegida, el animal irá al trasportín por su propia voluntad. La palabra se dirá siempre justo antes de “clickar”.

En gat@s adultos se pueden dar dos situaciones:
      Que el gat@ esté acostumbrado a usar el trasportín sin problemas, en cuyo caso no deberían presentarse complicaciones.
        Que el gat@ NO esté habituado a usarlo. En este segundo caso, para ayudar a que la situación sea lo menos estresante posible para el animal, podemos aplicar feromonas faciales felinas (Feliway®) en spray 15-30 minutos pulverizando tanto paredes como suelo del trasportín, antes de empezar los ejercicios de habituación descritos anteriormente.

Por último, es recomendable llevar el trasportín tapado durante los viajes cubierto con una manta o toalla para evitar estímulos que puedan asustar al gat@, y hacerle estar más seguro dentro. Si bien a algunos gat@s les gusta ver el paisaje.

Pongo un víedo sobre como usar la técnica del clicker en un gato.




jueves, 17 de noviembre de 2011

ACOSTUMBRAR A SU MASCOTA A USAR EL TRANSPORTÍN

Empezaremos por algo muy práctico.
El Transportín proporciona a su mascota no solo un medio de transporte, sino también un lugar tranquilo, cómodo, seguro y de uso exclusivo. Este lugar le servirá para retirarse cuando quiera estar tranquilo como por ejemplo cuando tenga visitas en casa, o cuando haya mucho ruido en la calle, o cuando vayan a dejar al perro solo. Si es acostumbrado desde pequeño, el perro se podrá quedar dentro del transportín cuando se quede solo y evitaremos los errores de eliminación, y le proporcionaremos un lugar donde quedarse sin que se ponga nervioso. Los pasos para Enseñar a su Mascota a Usar el Transportín son:
1. Adquirir un transportín. El ideal es aquel en el que el perro puede estar de pie sin  tocar el techo, tumbarse y estirar sus patas cómodamente y darse la vuelta sin problemas.
2. Adaptación. Llevamos el transportín a casa, debemos ponerlo con la puerta abierta en algún sitio donde el animal esté habitualmente con la familia, por ejemplo el salón o la cocina. Al  principio siempre lo pondremos en el mismo sitio, para más adelante ir trasladándolo a otras partes de la casa. Permitiremos al perro que se familiarice con él. Si voluntariamente decide entrar en él, podemos usar algún premio comestible que le guste mucho para que lo asocie con algo positivo. Para ayudarle en los primeros pasos, después del primer contacto podemos poner su cama dentro del transportín. Así será más fácil que el animal se anime a entrar. También es muy conveniente empezar a dar de comer al perro dentro del transportín. Inicialmente, lo haremos poniendo su comedero dentro y dejando la puerta abierta, de forma que no asocie el momento de la comida con quedarse encerrado.
3. Progresión. Realizada la adaptación deberemos empezar a dejar al perro dentro del transportín con la puerta cerrada durante periodos de tiempo progresivamente más largos. Para ello, además de su cama podemos ponerle dentro algún juguete que le distraiga mucho. Uno de los mejores es el “Kong”. Este juguete es una especie de pera de goma, hueco y dentro del cual se puede introducir comida que el animal debe ir sacando poco a poco. Se puede rellenar con arroz muy cocido con pollo o con alguna bola de pienso, trozos de salchicha y queso para untar, etc. En Internet pueden encontrarse innumerables recetas para rellenar el Kong.
Las primeras veces que dejemos encerrado al perro en el transportín debe hacerse, como hemos visto al principio, en el lugar donde esté la familia para que no se sienta aislado y separado de sus dueños. Por ejemplo, en el salón mientras se está viendo la tele o en la cocina mientras se prepara la comida. Empezaremos por periodos de tiempo bastante cortos, de unos cinco o diez minutos como máximo, los cuales pueden realizarse dos o tres veces al día. Durante estos periodos no debemos prestar atención al perro, especialmente si llorase o tratase de llamar nuestra atención. Abriremos la puerta y lo dejaremos salir, pero ignorándolo completamente, de esta manera, el perro no asociará su “liberación” con prestarle la atención que tanto le gusta.
Progresivamente iremos aumentando el tiempo que el animal se queda encerrado dentro del transportín. Sin embargo, este incremento no debe hacerse de forma absolutamente lineal, es decir, 5’, 10’, 20’, 30’ 45’, etc. Debemos ir aumentando el tiempo de forma general pero intercalando periodos durante los cuales el perro permanezca menos tiempo encerrado en el transportín. Por ejemplo, 5’, 10’, 20’, 5’, 30’, 10’, 45’, 5’, 30’, 60’, 15’, etc. Así, el perro no temerá que se le vaya a dejar encerrado para siempre.
Una vez que el perro tolere estar encerrado aproximadamente una hora sin problemas, podemos empezar a dejarle encerrado por tiempos más largos pero idealmente sin superar nunca las cuatro horas seguidas de encierro.
La progresión en el proceso ha de hacerse siguiendo el ritmo que nos marque cada perro, no debemos forzar las situaciones. Con unos perros podremos ir más rápido y con otros tendremos que avanzar más despacio. Si el perro acaba por no tolerar el transportín, no lo podremos usar más adelante.
Por desgracia, los mecanismos de aprendizaje del perro dejan muy poco margen a la equivocación. En otras palabras, si cumplimos una norma 99 veces bien y una mal, el efecto de esta última puede reducir mucho, casi por completo la eficacia global del tratamiento.